Granja a las afueras de Pavia

Llego a la granja, trás un buen rato de viaje. Lo primero que hago nada más llegar, es reunir a los 5 trabajadores de la granja.

-Saludos, señores. Soy Adriana, y soy la nueva administradora de la granja. A partir de ahora, estareis a mis órdenes, y hareis lo que yo diga. ¿Entendido? Bien, lo primero que quiero es que os presenteis, y me digais que función tiene cada uno aquí

Cada uno se presento, dando a conocer sus cualidades. Dos se especializaban en el cultivo y el riego, otros dos en la cosecha y otros dos en la ganadería, siendo uno con inteligencia en la cosecha y la ganadería, principalmente en lo que respecta las ovejas y su lana.

Era una granja amplia muy grande, divididos los cultivos y los animales ademas de algunas cuantas chozas de madera para los trabajadores, el administrador y otro mas para diversas tareas. Aun así estaba un poco descuidada aunque los cultivos crecían bien y los animales se mantenían en un estado promedio. Los hombres estaban extrañados de que una mujer los dirigiera pero esperaban tus palabras.

Asiento, evaluando el estado de la granja

-Entiendo, entiendo... Bien, lo primero es que quiero que arregleis todos los desperfectos de la granja. Voy a adecentar mi habitación, y a descansar un rato, y cuando mire fuera, no quiero ni una sola mala hierba, ni una sola valla torcida, y ni un solo punto sucio... ¿Me entendeis?

Los hombres la mayoría muy flojos, empiezan a limpiar la zonas mas notables pero con pocas ganas.

Pasaba el tiempo y ya algunos se habían tomado su siesta, sin arreglar casi nada. Aun se veían tumultos de metales y objetos variados así como grandes cantidades de malesa cerca de los cultivos sin mencionar los asquerosos desperdicios de las vacas y ovejas por todo el corral.

Pronto el olor llega a tu puerta, te despiertas por este ya que no estabas totalmente en dormida ademas que escuchabas metales sonar y tu claro, pensando que limpiaban todo.

Salgo afuera, para ver como va el trabajo, y me doy cuenta de que aun no han hecho casi nada. Furiosa, me acerco a ellos gritando

-¡Mancha de vagos! ¡Pandilla de inútiles! ¡¿Se puede saber que haceis?!

-Mire puta, no acepto ordenes de nadie.- Dijo el hombre tal ves mas influyente en los demás ya que este fue el primero en dormir. Los demás se rieron nadie te tomaba encero y en parte las medidas que usaban no les gustaba...

Frunzo el ceño, e ignoro su insulto

-Pues tendrás que aceptarlas, señor. Mas que nada, porque soy tu jefa, y si vuelves a insultarme o negarte a seguir mis instrucciones, te juro que tendrás que buscarte otro sitio para trabajar... ¿Me entiendes?

-No me molesta, no quiero trabajar con una persona como tu.- De pronto los demás se alejan de el un poco tal ves mas necesitados, pero por igual manera se niegan a trabajar pero claro la oveja negra del grupo se mueve y empieza a limpiar un poco aunque con una cara molesta.

Señalo a los que se han negado a trabajar

-Teneis cinco segundos para empezar a trabajar, o estáis despedidos. ¿Me entendéis, panda de vagos?

-Dígame una razón para obedecerle?- Dice el hombre de mayor edad. -Cualquier desconocido puede venir y decir que es nuestro jefe.- La mayoría se ríe, el mas joven empieza a pensar mejor tu autoridad pero sigues pareciendo una persona común con respecto a la autoridad que tienes con el grupo.

-Soy enviada del jefe. Si no me creeis, id a Pavia, y preguntadselo vosotros, hatajo de inútiles

-Y como se llama este jefe? y como es?.- Dice de nuevo el miembro problemático, los otros tres se mantienes parados esperando que le respondas.

-Es Belrand, jamás me dijo su apellido... Supongo que lo conocéis

-Interesante que te halla dicho el nombre...- El hombre queda interesado solo el sabia el nombre del señor. -Trabajare... pero me deberás dar algo a cambio que una simple paga.- Esto implica ingeniarte algo para que trabaje, si el trabaja seguro los demás le seguirán.

Sonrío, y me acerco al que parece el jefe. Le hablo en el oido

-Pasaté por mis aposentos trás terminar el trabajo, y te aseguro que serás recompensado...

-Así lo haré.- Dice en todo bajo. -A trabajar señores!.- Todo el grupo se propone a trabajar pero el calor era insoportable y el pozo no tenia agua, dentro de poco tendrás que buscar algo de tomar.

Los hombres inician con objetos pesados y variados colocandolos en montones en lugares alejados.

Sonrío, y me acerco al arroyo cercano, tras haber cogido un cubo, que lleno de agua, para tener agua en lagranja. Tras ello, bebo un poco, y trás asegurarme de que ninguno de los trabajadores anda cerca, me desnudo y me baño, para quitarme el calor. Una vez hecho esto, vuelvo a vestirme, y vuelvo a la granja, para ver como llevan el trabajo

Dos de los trabajadores observan desvestirte pero en cuanto te ven pegan el pire sin posibilidad de que les veas pero esto retrasa el trabajo, en parte cuando llegan se lo cuentan a los demás aumentando el tiempo, aunque te ven llegar y empiezan a trabajar como locos para verse cansados y disimular.

Veo que han avanzado, aunque no lo suficiente

-Vamos, vamos, que es para hoy... Hasta que no terminéis no pararéis, os lo aseguro

No tengo ni idea de lo que ha pasado en mi ausencia...

Todos tienen una sonrisa de risa en sus ojos. -No es nada, pero nos puede dar agua primero?- Dice uno de los sujetos que no ha hablado mucho.

Asiento, y les entrego el cubo que acababa de recoger

-Tomad, bebed lo que querais, os lo mereceis, mozos... ¿QUe es tán gracioso?

-Nada, nada...- Toman el agua y descansan en el suelo, toman algo de pan que poseía cada quien era poco lo que les proporcionaba el trabajo.

Terminado todo empiezan a cortar la maleza de los cultivos aunque empieza a finalizar la tarde y uno de los empleados no reside en la granja por lo que se marcha a su hogar antes de que la noche le llegue, tu por otra parte tal ves debas dormir ahí esa noche.

Miro al grupo, y sonrío

-Muy bién, chicos, habeis trabajado muy bién esta tarde. La maleza que os queda, podéis quitarla mañana por la mañana... ¡Podeis iros todos a descansar, que durmais bién esta noche!

Miro al jefe del grupo

-Y bueno, cuando quieras, ven a por tu paga...

Me dirijo a mi habitación

Normalmente se quedaban a dormir mas tarde pero sin hacer mucho, todos se van a descansar lo que les haría trabajar mas temprano y aprovechar mas el amanecer. El líder del grupo te sigue, al parecer se le había pasado lo del pago extra, entra a tu habitación esperando que hablaras.

Entramos en la habitación, y le miro sonriente. O eso intento aparentar. Empiezo a desabrocharme lentamente el vestido, y le beso en el cuello

-Vamos, precioso... Seguramente estarás cansado, te ayudaré a relajarte...

Odio a este tío, odio esto, y me odio a mi misma...