Granja a las afueras de Pavia

-No hay problema...- Sales tranquila, no hay mucho que ver aunque notas a los trabajadores trabajando mas de lo usual.

Me dirijo a preparar el almuerzo, feliz de que por fín hayan decidido esforzarse... Aunque sé que en cuanto el señor se vaya, empezarán a vaguear, un día de trabajo es un día de trabajo...

Preparas el almuerzo y puedes notar como todos trabajan, llegan hacia ti cuando te notan terminar. Toman su comida y cada uno se retira comer por su lado y claro el señor en donde se esta quedando.

Llevo su comida al señor a su cuarto, y la mía también, para comer con él

-Saludos, señor. ¿Como se encuentra? Espero que disfrute la comida, es humilde, pero es lo que tenemos...

-Si no hay problema- Se ríe un poco. -No sera lo mismo pero con tal de que le hayas preparado.- Dice con una sonrisa pero procede a comer sin decir mas nada, pronto toma una pausa al par de minutos. -Cuéntame que te ha parecido estar por aquí?.-

Suspiro

-He de decir la verdad, ¿no? Los trabajadores son unos vagos, y me cuesta horrores hacerlos trabajar, y no me respetan, haciendo lo que les da la gana. Entre eso, y que tengo que hacer gran parte del trabajo, me siento más como si fuera una simple trabajadora, que la administradora de la granja... No estoy echa para el campo.

-Vale siempre han sido así...Bueno creo que no hay mucho que decir acerca de ellos y bueno así se inicia, luego veremos si te pongo un establecimiento mas apto.- Dice con una sonrisa aunque al parecer quería seguirte probando. Se mantienen comiendo. -Creo que puedo darles un presupuesto para que le administres en los animales y en establecimientos... le pensare ahora que estoy aquí.-

Sonrío

-Se lo agradecería enormemente. La granja necesita expandirse... Unos cuantos animales, comprar más tierras... Así, todo iría mejor, en mi opinión.

-Si aun así debo pensar en la cifra y otras cosas para ver entre esas cosas que comprar...- Suspira -Bueno a seguir con el trabajo, les veré sentado afuera.- Se levanta y sale de la puerta.

Salimos. Ordeno a los trabajadores seguir trabajando, y mientras lo hacen, me encargo de atender a los animales

El señor os observa sin que ustedes se den cuenta. Mueve su mirada cada momento, su cuello se moviliza girando aunque se mantiene recostado de una pared que le da una vista para observar a cada quien, observa a todos sin problema verles trabajar y regar no era mucho, inclinados para facilitar el regar cada planta en la arena perfecta para ello por otro lado nota la madera de algunas zonas, se pudre y se seca cada día que pasa haciendo algo fácil que romper aunque por lo menos no se han visto problemas de fugitivos que sean mayores, la granja seria un punto muy prometedor para esconderse sus edificios variados pueden ser escondites efectivos.

Luego te observa a ti, lo que no es raro pero te mira de re ojo lo que tampoco es raro ya que si conoces su personalidad, es algo que casi no puede evitar en parte al estar con los animales, le alimentas y le das de beber lo que implica inclinarse hacia adelante. Aun así sigue observando al resto mientras pasan los minutos. El día estaba algo frió o por lo menos la mañana, la noche aun seguía dando rastros de lo helada que fue en estas zonas, en el pueblo no se siente como aquí por las antorchas que encienden y brindan calor a las calles, pero ya era otro, el sol empezaba a salir y con este un calor aunque poco notable ya que hay que recordar que apenas estamos saliendo del frió invierno.

Trabajo nerviosa, debido a sus miradas. No me gusta que me miren, pués sé lo que significan sus miradas... Aún así, sigo trabajando, intentando parecer aplicada y alegre. Una vez que he atendido a los animales, he ordeñado las pocas vacas que hay y he recogido los huevos de las gallinas, me dirijo a ayudar a los otros trabajadores...

No había mucho que hacer ese día, mas de los labores diarios aunque claramente hay que trabajar en la granja. El noble observa al principal trabajador o por lo menos al que le cae mejor. Se movilizan ambos al establecimiento donde duermen los trabajadores. No se escuchaba nada, algunos querían ver lo que decían pero no se querían arriesgar. No se escuchaba nada pareciera como si hablaran en voz baja.

Una vez que todos se han retirado a sus respectivas habitaciones, me dirijo a la mía. Me desnudo para dormir y me meto en la cama lo más rapido que pueda, tapando mi cuerpo con la manta para que no pueda mirarlo el señor

Tras un tiempo había dejado de hablar, pronto se iba te ve durmiendo pero aun así se marcha tal ves tendría otros asuntos por hacer aunque seguro el otro día regresaría.

Duermen tranquilos, no hubo muchos problemas en la oscura noche. Temprano mientras todos duermen, el señor aparece en la granja, entra a tu habitación y te ve durmiendo pero pronto te da un tambaleo haciéndote despertar.

-Buenos días.- Se retira de ti dando un par de pasos hacia atrás, espera que tomes un poco de conciencia para hablarte.

Me despierto lentamente, somñolienta, sin darme cuenta de lo que pasa a mi alrededor. Me doy cuenta de que el señor me está mirando, y me sobresalto. Me tapo rápidamente con la manta y le miro nerviosa

-¡Se-señor! ¡¿Qu-que está haciendo aquí?!

Respiro agitadamente, y me voy tranquilizando

-Perdonemé, señor, me ha asustado... No hacía falta que me levantara usted, puedo hacerlo sola, pero aún así, muchas gracias por el gesto

-Lo siento pero debo partir de la región, por esa razón estoy aquí. Le daré 200 monedas de oro para que cambie un poco las cosas, es una suma muy elevada y dudo que lo gaste todo pero aun así prefiero darle de mas a de menos.- Se acerca dejando cuatro sacos de monedas en la cama. -Espero que le administres bien.- El hombre se despide saliendo por la puerta, le ves montar en su caballo y marcharse de la granja. Estaba algo ocupado al parecer.

Asiento, y me guardo el dinero, tras vestirme. Salgo, y reuno a los trabajadores

-Está bién, chicos. Voy a dirigirme a la aldea, a hacer unas compras... SEguid trabajando mientras estoy fuera, ¿entendido?

-Ok, le esperamos.- Dicen los trabajadores, al parecer ya se habían formado mejor se les veía mas activos trabajando no solo en los cultivos y demás, por lo menos habían copiado el sistema de arreglar cosas tuyas así que independientemente la granja tendría sus frutos.

Empiezo a caminar, alejandome de la granja...

Pero en vez de dirigirme hacia la aldea más cercana, una vez estoy lejos de la granja empiezo a caminar al sur, hacia Génova...